lunes, 28 de febrero de 2011

otoño




Los sentimientos son devastados, arrastrados por la corriente. Duele tanto no poder controlarlo, te planificas, te tranquilizas pero nunca sabes que ocurrirá. El dolor es profundo, angustia...
Esperas tu turno pero los demás no, y pisotean tu castillo de arena.
Nunca sabré porqué tengo esos recuerdos, supongo que de algún sueño los habré robado.
Sigo teniéndoles en una caja de cristal, dentro de la casa de verano cuando el sol ilumina ese árbol.
Pero a veces se escapan de la cajita y es entonces cuando se cuelan en mi habitación mientras estoy pensando y de repente les veo, ahí están, otra vez delante de mi.
Después de alumbrarme vuelven a su cajita, y permanecen allí dentro hasta que les apetece salir.
Días y días.
Siempre iguales y a la vez tan diferentes.

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