jueves, 27 de enero de 2011

dos gotas



A veces tengo ganas de hacer un nudo a la efímera felicidad que siento cuando no pienso en ti. Agarrarme a esa felicidad extraña y no dejarla escapar en todo el día.
Me bastaría con eso, tenerla 24 horas para mi y después dejarla escapar.
Siempre he sido muy materialista, muy niña de papa, muy criticona, muy ¡Quiero esto ya! Y contigo las cosas no funcionan así ¿Verdad?.
En el fondo me alegro de eso. Aunque odies, o mejor dicho odiabas que te mordiera y me decías que era como un perro pequeño que necesita atención, que muerde, que te persigue pero que en el fondo, cuando le das una patada y te mira con esos ojos casi verdes no puedes evitar limpiarle las heridas con tu saliva, mis heridas, tu saliva.
Te echo de menos, pero no puedo llamarte. Tengo que hacerme la dura sabes...









1 comentario:

DANI dijo...

Nunca he pensado que eso de hacerse el duro o la dura funcione. Uno es como es e ir en contra de eso provoca un "noseque" que ahoga.

Se tu misma.

Besos enormes